Dijo Miguel de Unamuno que de razones vive el hombre, y de sueños sobrevive. Que en esos altibajos de la vida, esos sueños son los que te hacen flotar en el océano de la sinrazón, en el mar de las dudas. Y que en algún lugar de ellos puedes encontrar un trozo de felicidad.
Esa felicidad la encontré una noche de Febrero, quizás fuera el día de Andalucía, quizás un poco antes no recuerdo bien :). Una noche igual que las anteriores pero diferente en esos pequeños matices que la hacen importante... esas cosas inesperadas. Ahí empezó todo. Allí comenzó una historia de las que marcan tu vida, y la de la otra persona.
Ahí empezaron las calles, los parques, los bares. Esas borracheras de ***** y esas noches de playa. Noches que hace que todo sea más especial. Ahí descubrimos nuestro yo más personal, y poco a poco fuimos dándonos cuenta de lo que verdaderamente se podía sentir por alguien. En esos meses tuvimos películas, días inesperados por Sevilla y esas noches de sofá mientras observábamos como pasaba de nuevo el camión de la basura.
Todo esto a la velocidad de un rayo, a la velocidad de la luz. No me dio tiempo a diseñar la estructura de mi vida, tu te colaste en ella con esa forma de ser que me vuelve loco, con esa forma de ser que hace que cada día tenga ese aliciente más por el que despertarme cada mañana cuando la vida te plantea problemas.
Cuando me quiero dar cuenta en mis planificaciones internas, me doy cuenta de que ya han pasado 365 días desde ese sueño de una noche de Febrero. Un sueño que cada vez es más profundo, y que palpita con más fuerza. Un sueño del que no quiero despertar jamás porque tú te empeñas cada segundo en que yo no quiera hacerlo.
Por todo esto y mucho más, gracias por regalarme un año increíble. Por regalarme el principio de esta historia de futuro. Porque desde Febrero solo he sabido decirte día a día, noche a noche... TE QUIERO ***.
TE AMOOO¡¡¡¡ XDD
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